Todavía con orgullo

11/Feb/2011

El País, Leonardo Guzmán

Todavía con orgullo

11-2-2011
Leonardo Guzmán
En Egipto, el año se inició con un atentado frente a una iglesia cristiana de Alejandría, el cual provo- có 21 muertos al estallar una bomba con tuercas y tornillos para lastimar más. Esa matan-za volvió a atentar contra los valores básicos de la humanidad, al atacar la convivencia religiosa en un país con amplia mayoría musulmana pero donde no menos del 10% de los ciudadanos practica el cristianismo.
En tres de las seis semanas que han corrido desde entonces, Egipto se ha ensangrentado por los enfrentamientos callejeros que tienen tambaleando a Mubarak. Si hacía falta airear con libertad y disenso la monotonía de un país que hace 30 años tiene al mismo Presidente, resulta deplorable que en los choques se haya provocado ya más de 300 muertes. Y más deplorable aun es que estén apareciendo otros brotes de intolerancia, emparentados con los grupos fanáticos que hicieron de Irán una “teocracia”, dirigen a Al Qaeda y pronuncian condenas abominables a diestra y siniestra.
Esta manera de matar y morir no merece ninguna justificación intelectual ni moral. Las convicciones diferentes sólo hallarán equilibrio y paz cuando, por encima del credo o la ideología, todos coloquemos la libertad como pacto supremo al que nos debemos, sí, todos. Los diferentes enfoques NO autorizan a perseguir, silenciar o matar a los que discrepan sobre la continuidad de un gobernante o sobre los temas del Cielo y la Tierra. No es cuestión de diferencia de culturas: es cuestión de que matándose así, no hay cultura posible.
Y mientras la infección de intolerancia arriesga extenderse por el norte de África, ayudada por el estado de miseria e inmovilismo de una parte grande de la población, a pocas horas de vuelo desde El Cairo, piratas del mar asaltaron y secuestraron anteayer a un petrolero de bandera griega, que, yendo de los Emiratos Árabes a Estados Unidos, navegaba frente a las costas de Omán. Buque tanque con 333 metros de eslora -más de tres cuadras de largo- que transporta hasta 2 millones de barriles de crudo, no es nave chica. Trasanteayer otro grupo de piratas asaltó otro petrolero, éste de bandera italiana, mientras surcaba el mar a 800 millas de la costa somalí.
No son casos aislados. La piratería marítima se ha enseñoreado en las costas somalíes con tal virulencia que en el año pasado se triplicaron los ataques contra buques japoneses, Corea del Sur tuvo que liberar un carguero con una operación en que murieron 8 piratas y hubo tal cantidad de asaltos que la Unión Europea, tras crear una fuerza protectora permanente, en 2010 detectó 156 ataques piratas que terminaron con 41 grandes buques secuestrados.
Conocida la explicación socioeconómica de estas rapiñas, nada justifica que, con la tecnología del siglo XXI, la libertad de los mares y la vida misma queden a merced de salteos y tropelías.
Y todo nos obliga a pensar qué verde es nuestro valle uruguayo: aun hoy, flanqueados por errores y dificultades, pero con hábito de libertad y civilización como para enseñar a muchos y mirar al horizonte, todavía, con orgullo.
“Esta manera de matar y morir no merece ninguna justificación intelectual ni moral”.